Sofia Coppola

En la sala de cine dedicaremos el ciclo a Sofia Coppola, directora de cine estadounidense procedente de una de las sagas familiares más importantes de la historia del cine, que tuvo su primer contacto con las cámaras cuando sólo tenía un año. Como directora ha creado un estilo propio, y en cada una de sus películas repite sus obsesiones y su personal estilo creativo. El cine de Coppola está a menudo protagonizado por mujeres atrapadas en una cárcel de oro de la que luchan por escapar.

The Virgin Suicides, de 1999, es la ópera prima en la dirección de Sofía Coppola. A mediados de los 70, en un barrio residencial de una ciudad americana vive en perfecta armonía la familia Lisbon. Todos los chicos suspiran por las cinco hermosas hermanas Lisbon. Sin embargo, ese paraíso se desmorona cuando Cecilia, la menor, se suicida a los doce años. ¿Cómo puede convivir la belleza más pura con una macabra historia adolescente? Ésta es la pregunta que persigue a uno de aquellos adolescentes que, ya en su madurez, aún no ha podido olvidar los sucesos ocurridos veinte años antes.

Lost in Translation, de 2003, habla de la soledad, el amor y la amistad, a través de la relación entre un hombre y una mujer joven en la ciudad de Tokio. Bob Harris, un actor norteamericano en decadencia, acepta una oferta para hacer un anuncio de whisky japonés en Tokio. Allí conoce a Charlotte, una joven casada con un fotógrafo que ha ido a Tokio a hacer un reportaje. Además del aturdimiento que les producen las imágenes y los sonidos de la inmensa ciudad, Bob y Charlotte comparten también el vacío de sus vidas.

Marie-Antoinette, de 2016, narra la vida de la reina María Antonieta. Alejada de su vida en Viena para casarse con el futuro rey de Francia, Luis, en un matrimonio concertado para fortalecer la amistad y la alianza de las dos naciones. Para ella resultará difícil vivir en la cárcel dorada de Versalles, teniéndose que acostumbrar al ceremonial de la corte e intentar parir cuanto antes un heredero al trono. Destaca un magnifico vestuario, merecedor de un Oscar, y la banda sonora, con música new-wave y post-punk alternándose al barroco de Rameau, Couperin y Vivaldi.