El proceso creativo de Vicente Todolí para afrontar una exposición parte siempre de una colección ya existente. En torno a las diferentes obras, el comisario busca vínculos entre las piezas, contrastes y puntos de unión. La exposición que se inaugura ahora en el Club ha tenido el proceso contrario. Primero sugirió el tema. Luz y oscuridad. Y luego llegaron las propuestas de los socios del Club, de las que no tenía ninguna referencia hasta que llegaron a sus manos. Fue una cita a ciegas. Blind date es el título de la muestra.
Las obras que conforman la exposición tienen diversos formatos, pertenecen a diferentes tiempos, son de artistas muy alejados los unos de los otros. Y en cambio, el conjunto es una selección de piezas armónica, como si se hubiera construido una colección en torno a estos temas tan sencillos y tan complejos como los de la luz y la oscuridad.
Blind date se distribuye por los espacios de la primera planta del Club Matador con una gran frescura. Hay espacios donde reina la abstracción, con generaciones diferentes de artistas trabajando en diversos medios. En otros hay figuración, con pinturas, performance y escultura. El cuerpo humano aparece históricamente a través de la pintura y la fotografía. Y hay otros espacios dedicados a la abstracción informalista.
La cita a ciegas ha unido a Alberto García-Alix con Robert Mapplethorpe; a Juan Muñoz con Gerard Richter; a Eulàlia Valldosera con Juan Navarro Baldeweg; a Paul Graham con Imma Femenía; o a Johanna Calle con Esteban Vicente y Luis Feito. Unos encuentros insospechados antes que la luz y la oscuridad del Club les uniera a todos.
Bienvenidos.