Miércoles 25 noviembre
18:30 h. Las óperas de niñez y juventud
Mozart escribió su primera ópera, Apollo & Hyacintus, a la edad de once años. Por increíble que parezca, y a pesar de la infantil ingenuidad de su libreto, la partitura revelaba a un compositor dramático que ya por entonces se situaba muy por encima de los más ilustres y afamados compositores operísticos de su tiempo. Durante los trece años siguientes, la milagrosa precocidad del joven músico produjo no menos de doce creaciones dramático-musicales. Seguir su evolución es asistir al fascinante recorrido de un genio en busca de un libreto que hiciese justicia a sus impresionantes dotes para traducir en música los sentimientos humanos.
Miércoles 2 diciembre
18:30 h. Las primeras obras maestras: Idomeneo y El rapto en el serrallo
En 1780, cuando Mozart contaba con 24 años de edad, la corte de Munich le dio la primera gran oportunidad para demostrar su incomparable talento para el drama musical. Y Mozart no la desaprovechó: el resultado fue Idomeneo, probablemente la mejor ópera seria (un género que por entonces entraba en decadencia) que se haya compuesto jamás, y cuya partitura incluye fragmentos que anticipan al propio Wagner. Dos años más tarde, en un cambio absoluto de registro muy típico de Mozart, compuso por encargo del Emperador José II el divertido singspiel El rapto en el serrallo, una exuberante fantasía teatral que le valió la aclamación universal.
Miércoles 9 diciembre
18:30 h. La 'trilogía Da Ponte': la apoteosis de la comedia musical
En 1785 Mozart comenzó a trabajar con el libretista italiano Lorenzo da Ponte en una nueva ópera encargada por la corte vienesa, basada en una popular pieza de Beaumarchais. El resultado sería Las bodas de Fígaro, posiblemente la mejor comedia musical de la historia. La feliz asociación daría dos nuevos frutos: Don Giovanni (considerada por el filósofo Soren Kierkegaard como la obra de arte más perfecta de todos los tiempos) y Così fan tutte, una disparatada comedia sobre la guerra de sexos, que hasta hace poco se había mantenido un tanto eclipsada por sus dos hermanas. El prestigio de este tercer fruto de la colaboración entre Mozart y Da Ponte no ha hecho sino crecer en las últimas décadas, y hoy en día consideramos la entera trilogía Da Ponte como la consumación última del género de la comedia musical.
Miércoles 16 diciembre
18:30 h. Un doble canto de cisne: La clemencia de Tito y La flauta mágica
Cerrando un círculo que se antoja perfecto, Mozart terminó su carrera operística con dos grandes muestras de los estilos que lo habían encumbrado diez años antes: una ópera seria (La clemenza de Tito) y un singspiel (La flauta mágica) Si la primera es una obra maestra de un género que por entonces agonizaba, la segunda es, con su mezcla de cuento infantil y drama simbólico, una de las partituras más emocionantes e inolvidables del repertorio. Mozart murió pocas semanas después de terminar La flauta mágica; tenía 36 años y la intención de componer muchas más óperas, entre ellas una adaptación de La tempestad, de Shakespeare. ¿Quién sabe las maravillas operísticas que nos robó su trágica, oscura y prematura muerte?